Colocación de la cadera
La colocación de la cadera es uno de los puntos más importantes para la técnica, ella señala las posiciones de las piernas.
Es necesario poner énfasis en la posición de la cadera
en el comienzo del aprendizaje de la danza.
Los niños comprenden mejor su correcta colocación imaginándola como una caja rectangular, que debe permanecer derecha durante toda la clase: “la caja está llena de agua y no se puede volcar ni una sola gota”.
Los defectos más frecuentes tienen que ver con la no disociación de la cadera con las piernas. Suele ocurrir que al llevar la pierna en avant los alumnos acompañen el movimiento con la cadera.
Para corregirlo se realizan ejercicios de disociación de piernas y cadera: acostados boca arriba levantarán las piernas alternadas y juntas, sin realizar movimientos con la cadera.
También se realizan movimientos de pelvis
dejando los muslos fijos.
Otro defecto corriente, aparece cuando los alumnos intentan al máximo de rotación en dehors. Al no disociar la cadera de las piernas, los alumnos inclinan la cadera dejándola caer hacia la pierna que se trabaja.
Es muy claro mientras realiza cualquier movimiento si lo vemos de espalda (figura I). Controlar que los ísquiones estén iguales, como en la figura (IB).
Lo mismo sucede al llevar la pierna al passé, se ve que algunos alumnos acompañan este movimiento levantando también la cadera (figura IC). Corregir siempre recalcando que los dos isquiones se encuentren iguales.
También surgen inconvenientes al realizar las posiciones en dehors porque sacan la cola o levantan el sacro (figura IIC). Lo contrario le ocurre a los alumnos que erróneamente encajan la cadera (figura IIA). De esta forma echan hacia delante la pelvis encontrando solo en algunos momentos la posición correcta.
El profesor debe señalar que los ísquiones señalan los talones y la posición del sacro.
Podrían ubicarse de perfil al espejo en sexta posición, llevar las piernas a la primera en dehors y controlar por el espejo la colocación de la cadera.
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